In memoriam: Ha fallecido el historietista Ángel Nadal, creador de ‘Pascual, criado leal’



El pasado 26 de junio nos dejó Ángel Nadal Quirch, uno de los mayores talentos de la editorial Bruguera, aunque solo trabajase para ella durante doce años. Este puede ser el motivo por el que no es un dibujante tan reconocido en nuestro país como algunos de sus compañeros. Nadal desarrolló gran parte de su trabajo en el extranjero, pero también fue uno de los primeros creadores de la Escuela Bruguera, y curiosamente siguió apareciendo en las revistas de esta editorial. (Imagen de cabecera: Vázquez, Nadal y un trabajador de Bruguera.)


Nadal dominaba varios estilos de dibujo, se atrevió a plantarse ante la Editorial Bruguera para exigir un trato más justo y fue uno de los primeros dibujantes españoles en atreverse a trabajar para otros países. Si ha quedado relegado a un segundo plano fue porque dedicó pocos años al mercado español, no porque no tuviese ingenio y habilidad con el lápiz.

Este dibujante nacido el 2 de agosto de 1930 encarriló su carrera profesional muy pronto. A los 14 años ya trabajaba como ayudante de los dibujantes Antonio Ayné y Emili Boix en páginas de animales y verduras antropomórficos. Con lo aprendido pudo continuar por su cuenta dos años después en diferentes editoriales tanto con un estilo realista como otro más humorístico, que es el que le daría más reconocimiento.

Casildo Calasparra

Su primer personaje con buena acogida en Bruguera fue Casildo Calasparra, que apareció por primera vez en el Pulgarcito N.º 45 (1948). En sus historietas la pareja de recién casados formada por Casildo, un mediocre don nadie de tres pelos, y Berta, una alta y exuberante mujer de curvas rotundas, vivía una guerra continua. Hasta que la censura le dio un toque de aviso a Nadal, este matrimonio vivía enfrentamientos continuos entre un sumiso oficinista (y amo de casa) y una mujer autoritaria y agresiva que tenía que soportar que Casildo saliese de juergas nocturnas a sus espaldas. No era precisamente la imagen de la institución familiar que el régimen quería fomentar.

Nadal se acabó especializando en matrimonios, porque con el tiempo creó también Matildita y Anacleto, matrimonio completo (DDT, 1954) y Maripili y Gustavito, todavía sin pisito (Sissi, 1958). En estas series Nadal se alejaba conscientemente del estilo característico de Bruguera al eliminar la violencia y el lenguaje rebuscado. Al mismo tiempo que los argumentos y chistes eran más cotidianos y amables, el dibujo tenía un aspecto más realista. Tal vez de las dos la más interesante sea la segunda serie, ya que reflejaba los eternos y castos noviazgos de una postguerra en la que conseguir dinero para independizarse era una misión imposible.

Maripili y Gustavito, todavía sin pisito

Si algo demostraba Nadal con todos estos personajes era su dominio del dibujo caricaturesco y del realista, y la facilidad para llevar al papel mujeres elegantes y atractivas. Gracias a esto se convirtió en uno de los principales representantes de una exitosa línea editorial que Bruguera abrió en los cincuenta: el dibujo erótico dentro de lo que permitía la censura. En secciones como Las mujeres de Nadal (DDT, 1954) y Las chicas de Nadal (Can can, 1958), este dibujante colaboraba con chistes protagonizados por mujeres esculturales que, a pesar de estar tapadas desde el cuello a los tobillos, hacían más llevadera la frustración sexual de los lectores.


Nadal dibujó otras series más bruguerianas, y de todas ellas la que dio en el clavo fue Pascual, criado leal desde el Pulgarcito N.º 1139 (1953). La serie estaba protagonizada por una pareja formada por un gigantesco mayordomo de grandes patillas y su minúsculo señor de bigote y monóculo, un aristócrata venido a menos que intentaba conservar las apariencias. El personaje fue homenajeado a partir de El jueves N.º 970 (1995) con la serie Pascual, mayordomo real, un criado al servicio de la monarquía española que con una mezcla de cariño e ironía ponía en solfa a la familia de Juan Carlos I. Fue creado por Idígoras y Pachi, pero el título fue una ocurrencia de Gin, que quiso hacer un homenaje a su antiguo compañero en Bruguera.


Tío vivo y el aumento

En 1957 la salida de varios autores de la Editorial Bruguera (Escobar, Peñarroya, Cifré, Conti, Giner, Enrich…) para iniciar una aventura cooperativa, la revista Tío vivo (1957-1960), colocó a Nadal en el centro de una simpática anécdota. El dibujante se ofreció como representante de los dibujantes para exigir un aumento de la tarifa de 25 pesetas por página. Después de una negociación con el editor Rafael González, el propio dueño de la empresa, Francisco Bruguera, accedió al aumento para alegría de los dibujantes que le habían permanecido fieles.

Cuando los responsables de Tío vivo fugados regresaron a la editorial el verano siguiente, el editor Rafael González entregó alrededor de 40.000 pesetas a cada dibujante como pago de los derechos de autor de todo lo que habían creado para esta revista. Nadal decidió volver a renegociar su salario con el argumento de que ese dinero se lo merecían también los dibujantes que habían permanecido en Bruguera. La editorial rechazó la reclamación y Nadal decidió dejar la empresa en ese mismo año de 1960.


Breve apunte: en Tío vivo el dibujante Eugenio Giner creó Lolita y Enrique se van a casar, que imitaba el estilo y los personajes de Matildita y Anacleto, matrimonio completo. Es un buen ejemplo de lo influyente que fue Nadal entre los autores de Bruguera.

Trabajando para Inglaterra y Alemania

Junto con Raf y Gin, Ángel Nadal dibujó para el mercado británico a través de la agencia Bardon Art del catalán Jordi Macabich. De entre todas sus colaboraciones, destaca que fue el responsable durante doce años de Buster, el personaje principal de la revista Buster (1960-2000). Lo interesante es que muchos de estas series para el Reino Unido acabaron siendo traducidas por la Editorial Bruguera para incluirlas en sus revistas: Joe Marmota, el vago de Minesotta (Lazy Sprocket, the Tiredest Man in Tennessee –1960–), Cosmolito (Milkiway –1960–), La familia Chorlito (The Nuts –1962–), Profesor Inventini (Professor Nutcase –1968–), etc. Es decir, Nadal dejó Bruguera, pero Bruguera le siguió publicando.

La familia Chorlito.

En estos trabajos colaboró especialmente con el guionista Ron Clark, el mismo escritor que llegó a ayudar a Raf con los guiones de Sir Tim O’Theo (1970). Su relación fue tan estrecha que Ron Clark y su familia pasaron algunos veranos con él en Cadaqués, la ciudad en la que vivía Ángel Nadal con su mujer y sus hijos.

A partir de 1972 comenzó a dibujar también para Alemania en la revista Büssi Bar (1966-), y las series Viva la Revolution (1974) en la revista Primo (1971-1974) y San Tomato (1976) en Zack (1972-1980). Para una editorial danesa trabajó también con personajes de Disney como Mickey Mouse y Goofy.

Jubilado en Cadaqués


Nadal siguió dibujando para la revista alemana Büssi Barr hasta 2013. En ese año el dibujante se vio arrastrado a una apacible jubilación, en la que durante sus últimos años de vida compaginó algunos encargos esporádicos con aficiones como partidas de cartas con los amigos y salir a pescar. Hace unos pocos años también pudo disfrutar de un merecido reconocimiento gracias a las exposiciones de su obra en La Massana (Andorra) a finales de 2013 y en Cadaqués el verano de 2014.

Como he dicho, Nadal no dibujó tantas páginas para revistas españolas como otros dibujantes de su época. Ese es el motivo por el que sus cómics no han sido recopilados desde los años cincuenta como sí ha pasado con algunos de sus compañeros. Como con otros tantos autores y personajes, Antoni Guiral hizo justicia a este dibujante con el coleccionable de quioscos de RBA de 2009 al centrar un tomo en Pascual, criado leal y al incluir páginas de Maripili y Gustavito, todavía sin pisito en el tomo La familia Trapisonda y otros personajes familiares.


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