¡Atrévete a dibujar! (Peñarroya)


Distribución de la página

Tal como anunciábamos en la última lección, a partir de ésta, el gran dibujante Peñarroya dará principio a sus consejos sobre la manera de «fabricar» historietas:

Queridos lectores: a mí me gustaría mucho hablar extensamente con vosotros sobre dibujo humorístico, pero el limitado espacio de esta sección me obligará a ser lacónico a pesar mío.

El proceso de la historieta —por lo menos tal como lo practico yo— es el siguiente: en primer lugar se ha de buscar un tema cómico, que puede ser una serie de circunstancia graciosas o bien un buen chiste desarrollado de manera que abarque todos los cuadros que ha de tener la historieta. Para ello lo mejor es hacer un boceto en un papel cualquiera que sirva para señalar lo que ha de suceder en cada cuadro de la historieta.


Estas se dibujan a tamaño mucho mayor de como aparecen reproducidas en Pulgarcito, siempre que al hacerlas las medidas estén bien proporcionadas; esto se consigue trazando una diagonal tal como aparece en la ilustración y, de esta manera, se puede aumentar hasta el tamaño que más acomode a cada dibujante. Por regla general casi todos los dibujante dibujan sus muñecos en cuadros que miden de seis a siete centímetros de altura.

Luego viene la labor de ir dibujando en cada cuadro y con lápiz los muñecos que requiere la escena. La parte más difícil de las historietas es saber mantener el parecido en cada escena y en cada movimiento. Esto sólo se consigue a base de práctica y de conocer muy bien el muñeco que se dibuja.

Practicad durante algunos días con estas indicaciones y hasta la próxima semana, amigos.

(Pulgarcito n.º 1120, 24/10/1952)

Diseño de la viñeta

Una vez hecho el boceto de la historieta en cualquier papel, cosa que, como decía en la anterior lección, es muy útil para repartir el tema entre todos los cuadros, se empieza dibujando con lápiz cada cuadro, dando mayor importancia al movimiento de los muñecos, por lo que es conveniente borrar una y otra vez para lograr el efecto deseado.

Se debe estudiar muy bien el tamaño de los muñecos en cada viñeta creando —igual que en el cine, amigos— primer plano, medio plano y panorámica. Esto rompe la monotonía que ofrecería una historieta en la que los muñecos apareciesen al mismo tamaño en todos los cuadros.


La parte superior de la viñeta debe reservarse para el diálogo de los personajes, calculando a ojo el espacio necesario según lo que han de decir. Tened presente que el texto en las historietas es secundario, pues el dibujo ha de «hablar» también por sí solo. O sea, que la línea a seguir —a mi juicio— es no relatar una cosa cuando puede expresarse con el dibujo; en resumen, ahorrar palabras y prodigarse en las expresiones de la cara y del cuerpo del muñeco.

Tampoco conviene dejarse llevar por la confección de la viñeta en perspectivas raras o confusas, en primer lugar porque, al reducirse para su impresión, las líneas tienen tendencia a agolparse y, en segundo lugar, porque no conviene distraer al lector en exceso, pendiente como está de lo que ha de «ocurrir» en la continuación de los cuadros.

Repasad atentamente las historietas de Pulgarcito y veréis cómo todos los dibujantes, aleccionados por la experiencia, siguen una línea común sobre estos consejos que os acabo de dar. Practicad esta semana en la confección de bocetos de historietas y hasta la próxima, queridos lectores.

(Pulgarcito n.º 1121, 31/10/1952)

Movimiento

Bueno, os habla otra vez Peñarroya continuando las lecciones sobre la manera de confeccionar historietas.

Un detalle muy importante de los personajes es el movimiento y, si este resulta algo exagerado, le da a la historieta un ritmo rápido de efectos muy cómicos. Por eso habréis observado que en muchos cuadros el personaje corre sin tocar con los pies el suelo. Probad dibujando un muñeco que corra sin tocar el piso de la viñeta y otro exactamente igual tocando con los pies en el suelo y podréis apreciar que el que está sin contacto parece correr el doble que el otro.


Esto es muy útil en las escenas de gran agitación; así forman mayor contraste con las viñetas que requieren menos detalle que los chistes ilustrados, pero han de estar más cuidados en lo que se refiere a darle un tono agradable, por lo que en las historietas deben prodigarse los detalles «monos». Una casita, un arbolito, un transeúnte bien colocado cuando se trata de exteriores, o una cortina, una mesa con un jarrón de flores en interiores dan situación a la escena y logran que el cuadro parezca completo.

Un buen sistema para aprender estos detalles de fondo y adorno de las viñetas es que una vez dibujadas todas las figuras principales, cojáis unos cuantos Pulgarcitos atrasados y vayáis comprobando cómo solucionó el dibujante en cada caso una situación análoga a la que vosotros habéis dibujado. Y por hoy nada más, amiguitos. Hasta la próxima semana.

(Pulgarcito n.º 1122, 7/11/1952)

Archivo de referencias

Continuando las lecciones de historietas, voy a daros un consejo muy interesante para principiantes que consiste en hacer archivo de dibujos de profesionales, clasificando en carpetas los objetos y figuras que más os gusten, así como también podéis guardar en las mismas dibujos vuestros que os hayan gustado y que más adelante os pueden servir de modelo.


Los grupos más importantes que debéis recoger para las carpetas, son: figuras de hombre, de mujer y de niños, animales de todas clases, vehículos, casas y objetos diversos. Esto en principio os será muy útil, pues en cada caso de duda podréis consultar la carpeta correspondiente para ver la forma en que ha resuelto el asunto un buen dibujante y así podréis vosotros dibujar con mucha más propiedad.

El mejor sistema para este archivo es recortar de las revistas las cosas que os parezcan interesantes y luego ir pegando los recortes en láminas de papel fuerte, de manera que las figuras similares queden juntas; por ejemplo, en una lámina para «perros», pegaréis todos los perritos que os agraden, procurando que sean de diferentes razas y estén en distintas posiciones. Cuando queráis dibujar un perrito en algún cuadro de vuestras historietas, no hay más que consultar el archivo y ya tenéis el modelo necesitado.

Este sistema es bueno para aprender, pero resulta un poco lento en la práctica, ya que el dibujante experto tiene sus propios modelos creados y prescinde de documentación, pero al principio os conviene dibujar despacio y sin preocuparos de si estáis una hora más o menos; lo principal es que los dibujos os salgan bien. Así que os dejo preparando el archivo y hasta la semana que viene, en la que también hablaremos de cosas muy interesantes.

(Pulgarcito n.º 1123, 14/11/1952)

Los dibujos deben «respirar»

Me referiré hoy a un detalle sin importancia a pesar de que en muchas ocasiones no se tiene en cuenta debidamente. Al dibujar los muñecos de una viñeta, es preciso evitar que aquellos queden recortados por el recuadro o, mejor dicho, que las líneas laterales de este no se coman una parte importante del muñeco (figura 1).


Debe evitarse también que quede pegada la línea del dibujo con la lateral del recuadro. Esto tiene su importancia en el orden estético. Naturalmente, en ciertos momento no es necesario seguir esta regla, por ejemplo, si se trata de presentar un personaje que sale disparado a toda velocidad. En este caso puede quedar muy bien, y dar incluso una mayor agilidad a la escena el dibujar una pierna con su pie saliendo por la parte lateral del recuadro (figura 2). También en los primeros planos quedan recortados los muñecos, pero lo son por la parte inferior del recuadro (figura 3).

En resumen, debéis procurar siempre que los muñecos no queden pegados a los lados, es decir, empleando términos de dibujante, los dibujos deben «respirar». Permitidme que insista en estos pequeños detalles, ya que todas estas pequeñeces contribuyen en gran manera a dar una visión agradable de la historieta.

Hasta la próxima semana, amiguitos.

(Pulgarcito n.º 1124, 21/11/1952)

Composición de los bocadillos

Hoy voy a hablaros sobre los bocadillos de cada viñeta. Ya sabéis, por lecciones anteriores, que antes de empezar en limpio una historieta es muy práctico hacer una especie de borrador o guion aparte en donde de una manera esquemática se bocetan las viñetas que forman dicha historieta y, en cada recuadro, se van anotando los bocadillos que cada personaje debe decir en el transcurso del guion. Y ahora viene la parte que motiva este comentario: debe tenerse en cuenta para la colocación de los muñecos la cantidad de palabras que han de pronunciar, o sea, que debe dibujarse de acuerdo con el espacio que deje libre el bocadillo.


Por ejemplo, uno de los personajes tiene un diálogo bastante extenso; en este caso, debe dibujarse un primer plano bien pegado a la lateral del recuadro para que quede espacio suficiente, o bien, puede dibujarse un árbol, un coche, un perrito, etc. en primer plano y pegado al lateral y después unas sombras chinescas que representan a los muñecos en tamaño bien reducido, para que permita rotular el bocadillo o bocadillos con espacio suficiente y sin que la letra aparezca excesivamente apretada (figura 1).

A pesar de que pueda parecer una cosa de poca importancia, la tiene y mucha, porque si dibujáis la historieta sin tener en cuenta la cantidad de rotulación, puede sucederos que mientras en una viñeta en la que habéis dibujado los muñecos de tamaño regular hayan estos de hablar extensamente, con lo que los bocadillos rozarán a los personajes (figura 2). O viceversa, personajes pequeños y poca rotulación (figura 3)…

Y creo que por hoy ya tenéis bastante, amiguitos. Hasta la próxima semana.

(Pulgarcito n.º 1125, 28/11/1952)

Fondos

Hoy voy a hablaros sobre el sistema para solucionar los fondos en las historietas. Una vez hecho el guion y empezada a dibujar la historieta, es natural que los protagonistas sean los que merezcan vuestra principal atención, pero también han de cuidarse mucho los fondos y detalles auxiliares que son los que sitúan a los protagonistas y dan el ambiente necesario al desarrollo del argumento.


Por ejemplo: si el primer cuadro de la historieta comienza con una escena en las calles de la ciudad, conviene situarlo bien al lector con detalles suficientes como árboles, casas, vehículos, peatones, ciclistas, etc. Y así, aún cuando en el segundo cuadro, por tratarse de un primer plano o un exceso de diálogo no se prodiguen los detalles, el lector ya está bien impuesto de la situación y, a partir de entonces, hasta el cambio de «escenario», sólo requiere recordarle el lugar con detalles simples pero significativos y graciosos, como un perro callejero que pasa persiguiendo a un gato, una señora que va a la compra, etc., etc. Igual sucede cuando la trama se desarrolla en el interior que, como es natural, entonces ha de ser un fondo de sillones, mesas, cuadros, sillas, etc.

Si recordáis lo que os decía sobre los primeros planos de los personajes, exactamente lo mismo podéis hacer también con los objetos situando un sillón en primer plano y los personajes en segundo. En fin, debe irse variando continuamente para dar a la escena la mayor sensación de profundidad.

Tened presentes estos consejos y practicad durante toda la semana sobre estos extremos. Hasta la próxima, amigos.

(Pulgarcito n.º 1126, 5/12/1952)

Creación de personajes

Hoy voy a hablaros sobre los personajes que protagonizan las historietas. Supongamos que tenemos que crear un nuevo tipo para una serie de historietas; lo primero es pensar en qué clase de carácter le vamos a dar a nuestro primer actor: ¿será avaro, manirroto, alegre, triste, gordo o flaco?


Si nos decidimos por el de buena persona, inocentón y amigo de ayudar al prójimo (como Gordito Relleno, por ejemplo), llega el momento de abocetar sus características físicas. Será forzosamente gordo, de cara redonda y sin malicia y aspecto un poco ridículo, características que estarán completamente de acuerdo con la personalidad que queremos darle. De todas formas, lo más seguro es que el nuevo tipo no tendrá una personalidad bien acusada hasta después de dibujado y hacerle hablar docenas de veces en diversas aventuras y, entonces, cuando es conocido a la perfección como dibujo y como carácter, queda definitivamente encajado en el tipo de historietas a que estaba destinado. Así si os fijáis en las primeras historietas de Gordito Relleno, don Pío, Calixto, don Berrinche, etc., veréis que dichos personajes eran entonces bastante diferentes de como los dibujo hoy.

En fin, que cuando se trata de crear un nuevo tipo, el dibujante va tanteando durante una temporada, un poco desorientado, hasta que las mismas aventuras del personaje y las cosas que se le hacen decir, le van moldeando hasta acabar de perfilarle por completo. Y nada más por hoy, amiguitos. Hasta la próxima.

(Pulgarcito n.º 1127, 12/12/1952)

Blancos y negros

Hemos dedicado anteriores lecciones a la forma de dibujar, a repartir los fondos, a los primeros planos y panorámicas, a la rotulación, a la forma de distribuir la historieta, a la creación de tipos, etc., etc. Hoy os hablaré sobre los blancos y los negros de las viñetas. Cuando digo blancos y negros de las viñetas no me refiero, naturalmente, a tipos blancos y a negros africanos, sino a repartir los espacios dibujados en negro y blanco para que la historieta presente un conjunto armónico.


Muchas veces al ojear una revista de historietas os habréis dado cuenta de que en algunas páginas los dibujos y bocadillos dan la impresión de estar amontonados y que unos y otros se mezclan. En muchos casos esto es debido a que no tienen espacios negros o bien son escasos y, desde luego, insuficientes. Si comparáis aquella página —digamos en blanco— con otra en la que los negros estén repartidos con más abundancia, os daréis cuenta en el acto de que aún en el caso de que los dibujos sean de una calidad parecida, la página de los negros queda mucho más decorativa y de más calidad.

Para lograr esto es muy conveniente dibujar algún personaje de la historieta que lleve la americana, el abrigo o los pantalones negros, y ya veréis cómo las viñetas ganan mucho en calidad. Tened también presente que cuando os hablo de negros no es necesario que sean negros compactos; hay mil maneras de dar cuerpo a los dibujos: pueden ser espigas (figura 1), cuadradillos (figura 2), líneas rotas (figura 3), etc., etc.

Y por hoy nada más, amiguitos. Hasta la semana próxima.

(Pulgarcito n.º 1128, 19/12/1952)

Guiones

Hoy, como final a mi intervención en estas enseñanzas de dibujo, y para dar paso a las estupendas lecciones que sobre la manera de dibujar muchachas está preparando Cifré, voy a hablaros de los guiones de las historietas.


Muchas veces —estoy seguro— os debéis de preguntar cómo es posible que, semana tras semana, mes tras mes, año tras año, se nos ocurran historietas sin faltar nunca a la cita con nuestro Pulgarcito y la verdad es que se pasan malos ratos ante la mesa de dibujo esperando que llegue la idea de la historieta de turno. Claro que con la práctica se logra sacar el tema de cualquier frase, oyendo la radio, leyendo la prensa o hablando con los amigos, surge espontáneamente un tema que luego debidamente sazonado sirve para un buen guion.

También hay personajes fáciles de resolver y otros difíciles: por ejemplo, si se hace protagonista de las historietas a un médico, los guiones deben hacerse basados en medicinas, enfermos, etc., con lo que los temas resultan más difíciles de lograr que si el personaje es un individuo sin ocupación definida y grandes características que lo encasillen en un tipo determinado, porque entonces toda clase de historietas encajan bien en un personaje así y resulta fácil encontrar tema todas las semanas. Por lo tanto, mi consejo es que para empezar escojáis un tipo de los fáciles, para que cualquier idea o chiste le vaya bien.

En fin, amigos, no sé si estas cortas lecciones de dibujo os habrán servido de algo. He intentado explicaros las experiencias que he ido recogiendo y, si de ellas obtenéis algún provecho que os ayude en vuestros primeros pasos como dibujantes cómics, me sentiré muy satisfecho y, ¿por qué no decirlo?, orgulloso de haber contribuido en algo para iniciaros en una profesión que os deseo llena de éxitos.

(Pulgarcito n.º 1129, 26/12/1952)
 

Comentarios