Una entrevista a Jan (1991)


¿Quién no conoce a Jan y a su personaje Superlópez? El hecho de que cada semana recibamos montones de cartas con preguntas para Jan y los álbumes de Superlópez se agoten continuamente, testifican la gran popularidad que han alcanzado ambos.

Pero Jan, además de Superlópez, tiene un historial profesional amplísimo, con una enormidad de personajes que pocos dibujantes pueden igualar, además de sus creaciones de cuentos infantiles, ilustraciones de publicidad, dibujos animados, etc.

Jan en 1991.

―Hay infinidad de preguntas de tus fans. Pero es curioso que una gran parte de ellos quieren saber cómo realizas tus originales: papel que utilizas, marca de plumilla, lápiz, cómo das los colores y en qué tamaño, etc. ¿Cómo aconsejarías a un socio de CLUB AMIGOS que quiere empezar a dibujar cómic?

―Bien, nunca me ha tirado dar consejos de ese tipo porque es siempre una guerra personal. Cada dibujante elige los materiales que por experiencia le van mejor. Muchos chicos creen que si no utilizan ciertos materiales «profesionales» no les saldrá «lo mismo» y se equivocan. Yo ya he probado de hacer una página con los materiales que se usan en el colegio, de lo más barato, y la he publicado en la revista Superlópez n.º 52. ¡Quedó muy bien!

Además, los materiales de calidad profesional son muy caros y no se venden en las papelerías normales sino en sitios especializados. Desde luego hay que insistir en que, ante todo, hay que dibujar mucho, practicar, y por sobre de sobre todo no descuidar los estudios lo más mínimo. Un autor sin cultura no puede decirnos nada, o sea que no vale hacer campaña para dibujar un cómic.

Hay que tener paciencia, no creer nunca que ya se sabe todo y hacerlo cada vez mejor.


―¿Qué querías explicar cuando empezaste a dibujar Superlópez?

―Me habían encargado un libro de chistes que parodiasen a Superman, y yo lo enfoqué desde un punto de vista autóctono, aplicándole la receta a un tipo español medio de lo más común y corriente, dando de lado a lo americano del invento. O sea que ese tipo común y corriente, ante las dificultades cotidianas que no puede resolver y que le frustran, adopta como una válvula de escape la táctica de imaginarse que es un súper. Aquello fue en 1973.

―¿Cuál es el contenido de tu mensaje del actual Superlópez?

―¿Mensaje…? Puf. Eso depende de cada historia en particular. Cada aventura tiene un contenido, pero más que un mensaje es un manojo de alusiones, una invitación a reflexionar libremente sobre el tema. Nunca planteo verdades cerradas, pues toda verdad tiene siempre muchas caras, como las piedras preciosas.

Esto es evidente en la historia de En el país de los juegos el tuerto es el rey cuya temática principal es el juego que está en continuo desarrollo en nuestro país. En Los cabecicubos toco el tema de las mentalidades sectarias, cerradas, etc. Cada lector puede sacar conclusiones diferentes y diferentes lecturas, pues casi todas mis historias tienen varios niveles.

―¿Cómo serán las futuras aventuras de Superlópez?

―¡No soy futurólogo! Preguntádselo al mago Félix.

―¿Quién se casará con Luisa? ¿López, Superlópez o Jaime?

―Pues mira, si fuera yo: jamás. Creo que Luisa es la tía más tonta e insoportable que conozco, y me gusta por eso, pero en el papel. En la vida real no le deseo a nadie semejante catástrofe y por tanto tampoco a mis personajes, ahora bien: si alguien se enamora de ella, luego que no se queje, que le avisé.

Jaime, Luisa y López son tres personas que tienen la típica amistad de los que trabajan juntos en el mismo lugar y se conocen de casi toda la vida, por eso se soportan pero son totalmente incompatibles. Eso me permite manejarlos y meterlos en mil situaciones en sus aventuras.

―Mientras realizas tus páginas, ¿a quién te diriges, a los niños o a los mayores?

―Yo creo que abarco un amplio espectro… De manera que los más pequeños verán lo que les es propio y conocido en mis historias, y los mayores otras… Viendo La caja de Pandora, el lector más pequeño verá una divertida historieta con monstruos, sé que les gustan. Ahora bien, un muchacho mayor, con cierta cultura, digamos un empollón, o quizás su padre o su profesor, vería en esas alusiones a los mitos griegos, aztecas, hindúes y egipcios, pasando por los que leen parapsicología o ufología (OVNIS) y, claro, a medida que el lector crece y aprende la relectura le resultará diferente…

La premisa más importante con la que trabajo es la de que todos los lectores son inteligentes. De nada.

―¿Crees que tus lectores se identifican con Superlópez?

―Lo ignoro. No conozco ninguno que luzca semejante nariz, pero en cuanto a carácter sí que los habrá, yo por ejemplo.

―En un enfrentamiento de Superlópez con un superhéroe, tipo Batman o Superman, ¿quién ganaría la pelea?

―Hombre, qué pregunta. No faltaba más, Superlópez por fuerza… ¿Por quién me tomas? Pues soy el autor y me ha de dar la gana que así sea. ¡Vamos anda!

Jan en 1980.

 ―Hablemos de los petisos carambanales, ¿cómo se te ocurrieron estos personajes? ¿Con los siete enanitos?

―Nada de enanitos. El tema de ese libro es la parapsicología, el espiritismo. Existía una teoría según la cual es posible crear una materia plásmica emitida por la mente de uno o varios médiums y de la misma manera hacerla tomar formas de seres producidos por el subconsciente de las personas… y me pareció muy divertido el tema.

―La clave para descifrar su idioma ya fue publicada, pero muchos socios no la conocen. ¿Cuáles son las pistas para descifrarlo?

―Eso no se hace. No les quitaré la diversión de descubrirlo por sí mismos, pero puedo indicarles que si encuentran tres o cuatro letras por deducción, calculando cuáles son las más frecuentes en castellano, luego es fácil rellenar los huecos. ¡Basta! ¡No diré más!

―¿Cómo se te ocurrió El génesis de Superlópez?

El génesis de Superlópez junto con los otros álbumes es un poco de historia profesional en cuanto a realización de un personaje y me pareció que debía existir ese volumen por esa sola razón. Creo que está bien que lo hayamos hecho, de otro modo se habría perdido todo ese material «histórico».

―¿Cuándo creaste el Supergrupo?

―¿El Supergrupo? Es de 1979, creo. No lo inventé yo, sino el guionista Efepé, seudónimo de Francisco Pérez Navarro pero parece ser que los americanos protestaron y me indicaron no los sacase más…, de todas formas ya los había dejado. No me gusta hacer siempre lo mismo, pues repitiéndose las historias pierden contenido. Cada miembro del Supergrupo era una parodia de un superhéroe americano. De hecho las historias del Supergrupo eran una divertida crítica a los cómics de superhéroes americanos.

―Para terminar, ¿has pensado en algún momento ser Superlópez?

―No, gracias. Soy bastante feliz como soy, miope, calvo, sordo, mal dibujante, peor guionista, con una compañera que es un tesoro, que hasta puedo a veces ir al cine con ella. ¿Por qué voy a complicarme la vida vistiéndome pijamas azules en una cabina de teléfonos…? Además eso no desgrava…

Sin embargo, ojo, no creas: yo soy todos mis personajes, Superlópez, Jaime, Luisa, Al Trapone, hasta el mismo Escariano Avieso.

(Club de Amigos de Ediciones B, 1991)

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