La Tumba de Drácula: Larga no-vida y prosperidad (11 de 14)


Ya que Gene Colan se encontraba de nuevo con ánimos de dibujar al señor de los vampiros, la editorial decidió crear una colección en blanco y negro en la que se narrasen nuevas aventuras de este personaje, The Tomb of Dracula Magazine (1979-1980). Se trataba del mismo Drácula, pero sin secundarios regulares y con cierta libertad para mostrar violencia, sangre y sexo. No hubo que esperar mucho tiempo para leer el primer número, ya que a los dos meses de haber concluido la anterior colección se puso a la venta esta.

Una pin-up de presentación del primer número.

En esta serie, Drácula fue devuelto a la vida por una misteriosa mujer, Ebbers, que planeaba resucitar a su marido utilizando a este vampiro y una extraña piedra mágica. Al mismo tiempo, la subtrama presentaba a Sandy Sommers, una mujer de baja autoestima que se sentía culpable por no poder resistir el poder hipnótico de Drácula. El segundo número, con una historia de 36 páginas dibujadas por Steve Ditko, se convirtió en una tremenda decepción para los lectores y seguramente también para Marv Wolfman. Aunque el guionista se hubiese esforzado en crear una historia a la medida del dibujante, combinando el horror y el surrealismo de los cómics por los que destacó Ditko en Charlton y en Marvel respectivamente, el dibujante simplemente abocetó una historieta de estética ingenua y agradable. La filosofía del dibujante en aquella época consistía en no venderse al mainstream y esforzarse sólo en sus obras personales. El tercer número combinó guiños al The Tomb of Dracula #17 (con los cameos de Rachel Van Helsing y Frank Drake) y a El exorcista (1973).

Una ilustración del sexto número.

Todo habría ido bastante bien si no hubiese sido porque en el primer número un alto cargo (seguramente Jim Shooter) decidió sustituir al entintador regular, Tom Palmer, por Bob McLeod. Los motivos de esta decisión no parecen artísticos, sino políticos. Con el ascenso de Shooter a editor en jefe, se dio punto y final a los años en los que cada guionista era editor de su propia colección. Cambiar al entintador era la forma de poner en su sitio a Marv Wolfman, de recordarle quién mandaba.

Al guionista no le costó captar el mensaje y dejó la editorial poco después. Antes de eso, sin embargo, le dio tiempo para escribir un breve cameo de Drácula en los cómics de los hombres de James T. Kirk en el Star Trek #4 (1980), dibujado por Dave Cockrum y Klaus Janson. El último número de Wolfman fue The Tomb of Dracula Magazine #3 (1980), tras el que fue sustituido principalmente por Roger McKenzie. Jim Shooter se encargó de escribir el último número (The Tomb of Dracula Magazine #6, 1980), debido al cual acabo discutiendo con Gene Colan sobre narrativa y dibujo. No era el primer desencuentro entre ambos pero sí fue el último, el que motivó al dibujante a macharse a DC Comics junto a Wolfman y no regresar hasta nueve años después.

«Así que he sido resucitado en una nave estelar, ¿no? ¡Muy bien!».

«No era sólo yo», explicó Jim Shooter. «A los guionistas con los que trabajaba, con la excepción de Marv Wolfman en The Tomb of Dracula, les sacaba de sus casillas y venían a mí a quejarse de que ellos habían escrito un argumento pero Colan lo había ignorado, había dibujado grandes viñetas en las primeras páginas y dieciséis en la última. Intenté hablar con él y alguna vez le pedí que volviese a dibujar cosas. Porque él era Gene Colan y le pagaría por volver a dibujar cosas». La opinión del dibujante, por su parte, era que Shooter le hacía la vida imposibe: «Me acosaba. No podía soportarlo. Me daba miedo, lo hacía. Me afectaba tanto que no podía vivir».

Sin embargo, en DC parece que valoraron los méritos de Wolfman y Colan. Por ejemplo, juntos crearon Night Force (1982-1983), una nueva colección que continuó el tipo de historias terroríficas por las que eran conocidos en Marvel. Colan estaba encasillado como dibujante de historias oscuras, por lo que se le encargó dibujar a Batman junto al guionista Gerry Conway entre los Detective Comics #510 y  567 (1982-1987), mientras que, por otro lado, en equipo con Roy Thomas, se dedicó a recrear a Wonder Woman con el nuevo traje de la W en el pecho entre los Wonder Woman #288 y #305 (1982-1983). Wolfman, por su parte, creó New Teen Titans (1980-1984) junto a George Pérez, una de las colecciones de superhéroes más relevantes de la historia.

En el último número Drácula amenazó con un «¡Volveré!». Y así fue.

Comentarios