La Tumba de Drácula: El adolescente que creó los primeros cómics de terror de Marvel (2 de 14)


A finales de los 60, la editorial Warren Publishing consiguió colocar en el mercado cómics de terror evitando la censura del Comics Code Authority. El truco estaba en que usó un nuevo formato, el magazine, es decir, revistas de gran tamaño y en blanco y negro, en sus nuevas colecciones: Creepie (1964-1983), Eerie (1966-1983), Vampirella (1969-1983)… La presión del resto de editoriales de cómics, que querían usar también este género, debió de ser el motivo definitivo para modificar en enero de 1971 ciertas prohibiciones relativas al género de terror y permitir de nuevo la aparición de monstruos clásicos dentro de los comic books.

Vampirella #1 (1969).

Eerie #13 (1968). Frente a esto, Marvel y DC eran muy infantiles.

Se suele comentar que también influyó la censura que había sufrido el The Amazing Spider-Man #96 (1971), pero lo cierto es que antes de la publicación de este cómic varios autores ya habían tocado el tema de las drogas con otros superhéroes. Por ejemplo, el Strange Adventures #205 (1967) protagonizado por Deadman, o el relato de la Legión de los Superhéroes del Action Comics #378 (1969), en los que se mostraron los efectos de estas sustancias y se luchaba contra distribuidores de drogas.

The House of Secrets #92 (1971) El terror estaba de moda en todas las editoriales. Len Wein y Bernie Wrightson crean a la Cosa del Pantano.

En cualquier caso, la relajación del Code permitió la publicación de cómics de terror protagonizados por personajes clásicos de la literatura que además se encontraban libres de derechos de autor. Tan pronto como fue posible, en octubre de 1971, el dúo creador de los Cuatro Fantásticos presentó, cada uno en su editorial, a dos chupasangres que se definían en las portadas como «vampiros» con grandes letras de colores. La presencia de este tipo de personajes en los comic books podría considerarse un avance para la libertad de expresión, pero era ridículo que mostrar sangre siguiese estando prohibido.

Superman’s Pal, Jimmy Olsen #142 (1971).

The Amazing Spider-Man #101 (1971).

En el caso de Morbius, el personaje creado por Roy Thomas y Gil Kane, se comenta que los lectores se mostraron tan entusiasmados por él que Stan Lee se animó a crear tres nuevas colecciones de terror con el Hombre Lobo, Drácula y Frankenstein. Estuvo planeado primero como un conjunto de magazines en blanco y negro, pero acabaron convirtiéndose en comic books de 20 centavos. Del mismo modo, Drácula tendría que haber sido la punta de lanza, pero la primera entrega de Werewolf (Marvel Spotlight #2, 1972) salió a la venta unos meses antes.

Habría que hablar sobre los créditos artísticos de algunas de estas colecciones, para entender cómo entendían en Marvel la palabra «guionista»: Roy Thomas se encargó de redactar los argumentos de los primeros números de cada colección nueva colección de terror a partir de unas breves indicaciones de Stan Lee, a partir de los cuáles los dibujantes se encargaron de sus páginas. Más tarde, un Gerry Conway de apenas 19 añitos rellenó los bocadillos de las páginas terminadas. Solo con esa aportación consiguió ser acreditado como el único «guionista» de las tres colecciones, The Tomb of Dracula #1, Savage Tales #1 (el Hombre Cosa) y Marvel Spotlight #2 (Werewolf).

Savage Tales #1 (1971) contiene el origen del Hombre-Cosa.

Marvel Spotlight #2 (1972).

The Monster of Frankenstein #1 (1973).

A finales de ese mismo año, por cierto, para crear otros tres cómics se repitió el mismo modelo, es decir, colecciones con un tema común basadas en ideas de Thomas y Stan Lee y desarrolladas por otros artistas. Esto tiene el evidente inconveniente de que los guionistas y dibujantes de cada colección no se sentían implicados con los nuevos personajes que no habían inventado, pero se evitaban reclamaciones de autoría. Esta segunda triada estuvo dirigida a un público femenino: The Cat! (1972-1973), Shanna the She-Devil (1972-1973) y Night Nurse (1972-1973). Ninguna de las tres colecciones consiguió llegar a los seis números.

Viendo los pobres comienzos de las colecciones de terror, su destino podría haber sido fácilmente el mismo.

Night Nurse #1 (1972).

Shanna the She-Devil #1 (1972).

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