‘Batman’ (1966-1968): ‘making-of’ (1 de 4)


James Bond se convierte película a película en un icono mundial, los Beatles son más famosos que Jesús y se ponen de moda las minifaldas, los surfistas y la psicodelia. Andy Warhol se hace famoso con su díptico de Marilyn Monroe y sus cuadros de sopa Campbell, mientras que Roy Lichtenstein presenta en los museos sus ampliaciones de viñetas de cómics. Se estrena Star Trek (1966-1969) en las televisiones, cuyos capítulos apoyan de manera simbólica las protestas contra la guerra de Vietman. Martin Luther King lucha por la igualdad racial al mismo tiempo que al otro lado del Atlántico Manuel Fraga se baña en el lago Palomares para demostrar que no hay peligro de radioactividad. Es en esta época cuando se estrena Batman (1966-1968), la serie de televisión.


Original, estúpida, creativa, infantil, exitosa, errónea y genial. La serie de televisión creada por William Dozier y Lorenzo Semple Jr. y protagonizada por Adam West y Burt Ward fue un absoluto fenómeno de masas irrepetible, adorada por niños y adultos. La imagen que la sociedad acabaría teniendo de Batman por una adaptación demasiado fiel en algunos aspectos no volvería a ser la misma. Incluso se podría decir que marcó la visión del gran público acerca del cómic en general.

En los años 60, durante una de las fiestas de la Mansión Playboy, Hugh Hefner decidió poner a sus invitados el primer serial de Batman de 1943. Éste, que tiene como única virtud la primera aparición histórica de la Batcueva (a la que se accedía a través de un gran reloj de pared), apasionó de algún modo a todos los presentes que encontraron hilarante la bajísima calidad de lo que estaban viendo. Entre los asistentes se encontraba un directivo de la cadena ABC que inmediatamente decidió crear una serie de televisión protagonizada por este detective enmascarado. 20th Century Fox sería la encargada de desarrollar la serie, aunque la responsabilidad recaería concretamente en la figura de William Dozier y su compañía Greenway Productions. La decisión quizás no fuese la más adecuada ya que Dozier era un productor de poco éxito… que no sabía ni siquiera quién era aquel Batman del que le estaban hablando.


El Batman de los años 40.

William Dozier.

De algún modo se llegó a la conclusión de que este proyecto sólo podría cuajar si se trataba como una comedia. Unos dan a entender que el directivo (o los directivos) de la ABC quería repetir la experiencia de la fiesta en la mansión Playboy, mientras que William Dozier se atribuye a sí mismo esa decisión. Después de documentarse leyendo sus primeros cómics de Batman durante un vuelo hacia Nueva York, razonó que la serie debería tener dos lecturas: aventura y acción sencillas para el público joven y una capa de humor camp para el público adulto.

Batman #171 fue uno de los cómics que Dozier leyó durante ese vuelo. En él tenía lugar la tercera aparición histórica del Acertijo en el Universo DC, aunque Dozier creyó que era uno de los villanos más relevantes. Este cómic se convirtió en la base para el guion del primer capítulo.

El término camp se refiere a un estilo exagerado, teatral, frívolo, ingenuo… Es una corriente de expresión postmoderna, una visión irónica y autoconsciente de la propia ficción con el objetivo de producir humor. En esta serie los personajes viven en un absurdo deliberado, pero los actores se comportan con la misma seriedad que si interpretasen a Shakespeare. Un ejemplo: el Joker, con su característica vestimenta rosa, la piel pálida y la melena verde se pondrá en alguna ocasión un antifaz en los ojos con el objetivo de ocultar su identidad. Ningún personaje dudará de la lógica de este gesto. Hay bastantes ejemplos más de series de televisión o películas camp, pero se suele opinar que Batman es la serie que mejor definió el término.


Hay bastante de crítica al elegir el humor camp para adaptar el personaje. El tratamiento de personajes, las tramas y sus resoluciones o el dibujo de los tebeos originales eran demasiado simples en general como para ser tomados completamente en serio. Convertir a Batman en una comedia disimulada (los niños realmente no se daban cuenta de los chistes) permitía a los guionistas ser más fieles a las historietas originales, a su atajos, a los diálogos poco creíbles y a su estética.

Para los guiones Dozier quiso contar con Lorenzo Semple Jr., un guionista con el que ya había trabajado y que vivía en aquel momento en Torremolinos, en la provincia de Málaga. Ambos quedaron para hablar sobre la serie en el Hotel Ritz de Madrid, una reunión en la que sentaron las bases de la serie y quedó prácticamente planteado el argumento del primer capítulo. Semple sería el guionista de los primeros capítulos y supervisaría la escritura de toda la serie.

El primer actor en ser contratado fue curiosamente el británico Alan Napier, al que le sorprendió el papel de mayordomo Alfred que le ofrecieron. «¿Quién es Batman?», preguntó el actor, que no había leído cómics en su vida y que tras escuchar la descripción de la serie pensó que era lo más ridículo que había oído nunca. Sin embargo, una importante cantidad de dinero le convenció para aceptar el trabajo inmediatamente. No fue el único actor que llegó a la serie sin saber absolutamente de los personajes. César Romero, que interpretó al Joker, se encontraba en una situación similar y, por extensión, podemos imaginar que muchos de los espectadores tendrían este mismo bagaje. Los papeles de comisario Gordon, teniente O’Hara (creado para la serie) y tía Harriet fueron adjudicados a Neil Hamilton, Stafford Repp y Madge Blake respectivamente.

Alan Napier, además de interpretar a Shakerpeare y trabajar junto a Orson Welles, fue Alfred.

Neil Hamilton interpretó al comisario Gordon. Su habilidad para recitar diálogos estúpidos con la más absoluta seriedad era incomparable.

Stafford Repp era el muy irlandés teniente O’Hara.

Madge Blake como tía Harriet.

A la hora de buscar un intérprete para el papel protagonista se pensó en un primer momento en Ty Hardin, que rechazó el papel porque se encontraba rodando westerns en Europa. En su lugar, Dozier se lo propuso a Adam West después de verle en un anuncio de Nestlé en el que interpretaba a una parodia del James Bond. Para el papel de Robin no consiguieron encontrar a ningún actor que encajase dentro del perfil que buscaba el estudio (mayor de edad pero de aspecto juvenil y de baja estatura) hasta que por accidente se toparon con Burt Ward, que en el casting llegó a demostrar sus conocimientos de artes marciales. Los productores quisieron hacer pruebas a otra pareja de actores, Lyle Waggoner como Batman junto a Peter Deyell como Robin, pero se decantaron sin ninguna duda por los actores elegidos por Dozier.




George Barris fue el encargado de fabricar el Batmóvil, lo que consiguió en tres semanas a partir de un Lincoln Futura, un prototipo de la empresa Ford que había sido considerado extravagante y poco práctico en los años 50. Jan Kemp se encargó del diseño de vestuario, para lo que tenía bien claro que la serie debía ser grotescamente colorida (la televisión en color era relativamente reciente y pocas series habían aprovechado las oportunidades que les daba esa novedad). Ed Graves diseñó con cuidado la Batcueva prestando atención a que cada parte del decorado pareciese tener alguna función.



Unos de los primeros diseños conceptuales de la bat-cueva.

La ABC siguió de lejos el proceso de creación de la serie. Los directivos no sabían qué pensar, no es lo que tenían pensado inicialmente… pero veían que Dozier estaba completamente seguro de lo que hacía. Lo peor llegó cuando emitieron el primer capítulo a un pequeño grupo de personas para comprobar la opinión de la audiencia: después de tres pruebas diferentes recibieron las mismas críticas bochornosas. Desgraciadamente ya había mucho dinero invertido y necesitaban una nueva serie de reemplazo en la temporada media, por lo que no detuvieron la producción. Sólo quedaba cruzar los dedos deseando que el programa acabase despertando algún interés.

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