Viñetas sin colores: 8 dibujantes de cómic daltónicos


Cian, magenta, amarillo y negro. Los cómics suelen estar asociados a estos cuatro colores. ¿Pero se puede dibujar tebeos sin percibirlos correctamente? Revisamos las carreras de unos cuantos artistas con dificultar para percibirlos y cómo esa cuestión influyó en sus carreras.


Una buena parte de la población damos por hecho la existencia de los colores, mientras que otros como Mark Zuckeberg, Chistopher Nolan, Keanu Reeves, Meat Loaf o Luis Piedrahita tienen dificultades para percibirlos. En CANINO nos hemos preguntado si en el mundillo de los cómics hay dibujantes daltónicos y quiénes son.

El daltonismo es la incapacidad para percibir ciertos colores o confundir unos con otros. Sus causas son genéticas, así que su distribución es desigual por sexos: 1 de cada 12 hombres son daltónicos frente a solo 1 de cada 200 mujeres. Como otras afecciones que no son visibles desde fuera, se vive en silencio y sin generar una respuesta social.

Se podría pensar que el cómic está tan vinculado con el color y las tonalidades que es difícil que haya dibujantes daltónicos. No solo no es así, sino que en este grupo se encuentran algunos de los mejores autores de cómic del mundo.

1. Albert Uderzo

Albert Uderzo y Asterix.

El dibujante que dio vida a personajes como los pilotos Tanguy y Laverdure (1959-), el piel roja Umpa-pá (1958-1961) y, por supuesto, a Astérix el galo (1959-) es daltónico de nacimiento. Por eso durante un tiempo Albert contó con la ayuda de su hermano, Marcel Uderzo, en el coloreado. El padre de ambos, fabricante de guitarras, quería que Marcel siguiese sus pasos, pero éste consiguió huir de esta herencia familiar trabajando en los cómics de su hermano. Primero le ayudó con los acabados y el coloreado de Tanguy y Laverdure, y más tarde, entre 1965 y 1979, con la rotulación, las tintas y el color del guerrero galo, desde Astérix y Cleopatra (1965) a Los laureles del César (1972), y desde La gran travesía (1975) a Astérix en Bélgica (1979).


Su participación no aparece acreditada en los álbumes, pero en algunos casos fue más que una simple ayuda. Marcel, por ejemplo, dibujó Las doce pruebas de Astérix (1976), el cómic promocional que adaptaba la película homónima (ojo, hablo del cómic, no del libro ilustrado) y es el autor completo del cuadro que aparece al final de Astérix en Bélgica, una parodia de La boda campesina de Brueghel el Viejo. También redibujó la página 35 de Astérix el galo (1961) porque la original se había perdido, lo que explica las pequeñas diferencias de esa página con el resto del álbum. También es el autor de L’antiquaire (de alrededor de 1970), una historia de cuatro páginas que se eliminó de la edición definitiva de Astérix y lo nunca visto (2003)

Desgraciadamente, la relación entre los dos hermanos terminó con la fundación de Ediciones Albert René en 1979 y continúa rota todavía: «[Albert] decidió crear su empresa y no quería seguir conmigo. […] Nunca me menciona. Soy un desconocido para él». Albert debe tener un carácter difícil de llevar, porque también se ha enfrentado con Anne Goscinny (la hija del co-creador de Astérix), Sylvie Uderzo (su propia hija) y Bernard de Choisy (el marido de ésta).

2. Tim Sale

Tim Sale y Daredevil.

La popularidad con el estreno de la serie Heroes (2006-2010) le llegó cuando ya tenía una carrera consolidada en los cómics. Los cuadros de Isaac Mendez, el personaje que podía pintar el futuro, en realidad habían salido de las manos de Tim Sale, con la diferencia de que él los había pintado en blanco y negro. Igual que toda su obra en cómic, desde sus potentes tebeos de Batman a los emotivos cómics de Marvel, desde El largo Halloween (1996-1997) a Daredevil: Yellow (2001-2002), Tim Sale ha contado siempre con la ayuda de magníficos coloristas que han completado su trabajo. Voy a destacar especialmente a Matt Hollingsworth, que es el que también le ha dado un aspecto imponente a la reciente etapa de Ojo de Halcón (2012-) dibujada en buena parte por David Aja.

3. Keko

Keko y Yo, asesino.


«Tengo problemas físicos con el color, porque tengo una especie de daltonismo muy extraño que me hace confundirlos todos». El madrileño Keko, José Antonio Godoy, ha vuelto hace poco al primer plano con los cómics Yo, asesino (2014) y El perdón y la furia (2017), con guiones de Antonio Altarriba. Por este defecto en la visión, este autor se sintió más cómodo ilustrando el primero de ellos, una historia de violencia explícita, en blanco y negro, con un uso abundante de las sombras. Éditions Denoël, intimidada por esta oscuridad, les pidió a los autores que aligerasen el tono añadiendo algún color. El elegido fue el rojo sangre.

4. Howard Chaykin

Howard Chaykin y Cody Starbuck.

Aunque en aquellos años todavía era un novato, Marvel confió en Howard Chaykin para que fuese el primer dibujante de los cómics de Star Wars. Su adaptación de Una nueva esperanza (1977) quizás no haya resistido muy bien el paso del tiempo (que cada cual opine), pero durante muchos años fue la única forma de volver a «ver» la película para muchos chavales. Chaykin ha trabajado tanto para Marvel como para DC, pero se ha ganado su lugar en la historia del cómic con sus obras más personales y provocadoras. En Black kiss (1988-89) buscaba desagradar al lector con una trama de conspiraciones y pornografía, mientras que con American Flagg! (1983-1988) contó una historia de ciencia ficción con un fondo muy clásico y una sátira política desatada.

En cierta ocasión Chaykin explicó que siempre viste de blanco, negro y gris por su daltonismo rojo-verde y que al dibujar no piensa en colores específicos, sino en su intensidad. Su colorista más destacada ha sido Leslie Zahler, su mujer entre 1978 y 1986, que solo ha trabajado para él y abandonó esta profesión tras la ruptura.

5. John Byrne

John Byrne y Lobezno.

Actualmente ha quedado relegado al olvido, pero John Byrne fue mucho más que un dibujante. Gracias a sus guiones y lápices, los lectores volvieron a sentir por los Cuatro Fantásticos la misma pasión que cuando los escribían Stan Lee y Jack Kirby. Su trabajo también fue fundamental para el relanzamiento de los X-Men y la popularidad de Lobezno, a lo que se añade que durante décadas el Superman de DC fue el que él había definido entre 1986 y 1988.

En lo que respecta a los colores, John Byrne le quita importancia. «El rango de mi daltonismo es tan estrecho que casi nunca me doy cuenta». Sin embargo, también ha confesado que tuvieron que decirle que el traje de Puño de Hierro era verde: él lo veía marrón.

6. Duncan Fegredo

Duncan Fegredo y Hellboy.

Este británico destacó a principios de los noventa con sus colaboraciones con los guionistas Grant Morrison y Peter Milligan. Desde entonces ha dibujado prácticamente de todo, incluso Persiguiendo a dogma (1998-99), el cómic de Jay y Bob el Silencioso, o los storyboards de Noé (2014), pero se le asocia principalmente con Hellboy. Su colorista en esos números fue el habitual de la colección, Dave Stewart, que precisamente fue el encargado de dar color a los cuadros de Tim Sale para Heroes.

7. Alex Toth

Alex Toth y el Zorro.

Toth tenía problemas para distinguir los tonos apagados de azul, los grises y los verdes. Parece un chiste, pero el primer superhéroe que Toth dibujó después de graduarse en la escuela de arte fue precisamente el Green Lantern de los años cuarenta. Desde ese momento se ocupó de diferentes personajes e historias en los que la calidad de su dibujo siempre fue superlativa, pero su obra ha quedado tan dispersa que se le recuerda más por su trabajo en el mundo de la animación. Hizo storyboards, pero también los diseños de personajes para Hanna-Barbera entre los que hay que destacar al Fantasma del Espacio (1966-68) y Jonny Quest (1964-65), o especialmente Los Cuatro Fantásticos (1967-68) y los Súper Amigos (1973-85).

8. Mike Allred

Mike Allred y X-Factor.

El estilo de este dibujante reivindica la estética pop de los descarados años sesenta. Ya sea con Madman (1990-2009), X-Statix (2001-04), Red Rocket 7 (1997-98) o Estela Plateada (2014-), el diseño de sus personajes tiende a una línea sencilla y hacia los colores planos y llamativos. O más bien habría que decir que ese color tan característico es responsabilidad de su mujer, Laura Allred. «Desde el principio Michael me enseñó ejemplos y estilos que le gustaban y el aspecto que quería para sus colores». Su proceso de trabajo es bastante complicado. Laura completa con Photoshop los dibujos de Mike usando colores planos, tras lo cual él añade sombras y texturas con aguadas o grafito a los dibujos originales. A continuación, Laura vuelve a escanear estos dibujos para convertir estos grises en color.

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