De la picaresca a la máquina del tiempo: cuando algunos españoles fueron los primeros



Dejemos a un lado lo que ya conocemos, a la fregona y al submarino, a Picasso y a Buñuel, a Antonio Banderas y a Rosalía... En CANINO hemos preferido buscar los nombres de otros españoles relevantes a nivel mundial que han quedado relegados al olvido: ¿Quién descubrió Pompeya? ¿Quién compuso el tono de Nokia?


El descubrimiento de pinturas rupestres


Marcelino Sanz de Sautuola (1831-1888) tardó en interesarse en la cueva que el labrador Modesto Cubillas había descubierto en su terreno y cuando lo hizo, en 1879, le preocupaban más los restos prehistóricos del suelo que los del techo. Por eso fue su hija de ocho años la que hizo el gran descubrimiento: sobre sus cabezas había un conjunto de diecisiete bisontes que habían sido pintados hacía 15.000 años.

El descubrimiento supuso un gran revuelo porque no existía ningún precedente. Pongámonos en situación e imaginémonos cuánto nos costaría asumir que se hubiesen descubierto las primeras pinturas prehistóricas del mundo en una cueva perdida en medio del monte. Algunos escépticos decían que no podían ser tan antiguas y otros que Sautuola había ordenado pintarlas. La división entre creacionistas y evolucionistas enfrentó también a los que pensaban que Dios había dado al hombre inquietudes artísticas frente a los que defendían que en la prehistoria el ser humano no se había desarrollado lo suficiente como para producir arte. El descubrimiento de unas cuevas similares en Francia ayudó a certificar la autenticidad de las de Altamira, pero hasta 1902 la gran parte de la sociedad, incluidos los intelectuales españoles, habían considerado las pinturas de Altamira un fraude.

El primer cirujano


Se considera al cordobés Abu al-Qasim al-Zahrawi, o Albucasis (936-1013), como el padre de la cirugía. En el último de los treinta volúmenes de su obra At-Tasrif (c. 1000), Abulcasis explicaba procedimientos como la cauterización de heridas con hierros incandescentes, la extracción de piedras de la vejiga sin necesidad de hacer incisiones, tratamientos para la fractura y dislocación de huesos, la extracción y la alineación de piezas dentales y la cirugía de cataratas entre otros muchos temas. Inventó una gran cantidad de herramientas quirúrgicas, así como un precedente de los fórceps y descubrió el uso del catgut (hebras obtenidas del intestino de vacas) para suturar heridas internas, un material que todavía se sigue utilizando en algunos quirófanos. Su obra fue traducida al latín en el s. XII, gracias a lo cual se convirtió en el cirujano más citado en la Edad Media.

La cábala

El árbol de la vida con forma de mapa de metro, sacado de Promethea #14 (2001).

Madonna, Gwyneth Paltrow y Victoria Beckham tienen un interés común con el guionista Alan Moore: el estudio de la cábala. Uno de los cómics de este escritor, Promethea (1999-2005), puede ayudar a entender en qué consiste: no es tanto una religión como una vía mística de conocimiento basada en la interpretación simbólica de la Torá (es decir, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento). El objetivo es establecer una unión entre el mundo material con Dios, un camino que se representa con el árbol de la vida.

El estudio de la cábala tuvo un gran avance en la península ibérica gracias a figuras como el malagueño Avicebrón (s. XI), el cordobés Maimónides (s. XII) o, especialmente, Moisés de León (o Moisés de Guadalajara, s. XIII). A este último se le considera el autor del Zohar, el libro fundamental de la cabalística.

La creación de la novela picaresca

Stanley Kubrick durante el rodaje de Barry Lyndon (1975).

La novela picaresca que inauguraba El lazarillo de Tormes (1554) era lo contrario a la novela de caballerías. Frente a las clases altas, el idealismo y la fantasía, la novela picaresca ponía los ojos sobre el sufrimiento de las clases bajas de una manera realista y con intención satírica. Había nacido un nuevo género literario que continuaría con Guzmán de Alfarache (1599), La vida del Buscón (1626), etcétera.

Lo que no se suele comentar en el instituto es que este género tuvo una gran influencia en todo el mundo. Por ejemplo, al poco tiempo se publicó en Alemania El aventurero Simplicíssimus (1668) de Von Grimmelshausen. En Inglaterra están como ejemplo Moll Flanders (1722), una novela de Daniel Dafoe, autor de Robinson Crusoe, y La suerte de Barry Lyndon (1844), de William Makepeace Thackeray, que fue adaptada al cine por Stanley Kubrick. Mucho después el género continuó en Estados Unidos con Las aventuras de Huckleberry Finn (1884), de Mark Twain. La lista de novelas es mucho más larga, pero se puede citar a Charles Dickens, Paul Auster y Cormac McCarthy como ejemplos de autores a los que ha influido este género literario.

La primera excavación arqueológica


Ha sido duramente criticado en la historia de la arqueología, pero le podemos intentar dar un respiro al zaragozano Roque Joaquín de Alcubierre (1702-1780). Este ingeniero militar empezó a excavar en Nápoles en busca de objetos artísticos enterrados, pero acabó encontrando las ciudades enterradas de Herculano (en 1738) y Pompeya (en 1748) con muy buenas intenciones pero sin ningún conocimiento arqueológico: se utilizó dinamita durante las excavaciones, se desecharon restos que no se consideraban arte…

El apoyo de Carlos III a Alcubierre no fue solo económico: ordenó estar informado de cada descubrimiento, el estudio de los restos arqueológicos y la creación de un museo en el que conservarlos. Este rey precisamente tuvo un buen gesto que lo aleja de otras monarquías europeas: cuando pasó de ser rey de Nápoles a rey de España en 1759 ordenó que todos los restos arqueológicos permanecieran en la zona en la que habían sido descubiertos en vez de traérselas a su nueva corte.

La máquina del tiempo


El estadounidense Edward Page Mitchell fue la primera persona que escribió sobre máquinas del tiempo con el cuento El reloj que marchaba hacia atrás (1881), aunque en él no se explicase cómo un reloj ayudaba a dos niños a viajar al pasado. Por eso el diplomático madrileño Enrique Gaspar y Rimbau (1842-1902) se convirtió en el inventor de la primera máquina del tiempo de ficción con una explicación científica.

Es decir, que El anacronópete (1887) se adelantó a Los argonautas crónicos (1888), una novela seriada que H. G. Wells dejó inconclusa y a la que luego reformuló en La máquina del tiempo (1895). Este anacronópete era una invención del zaragozano ficticio Sindulfo García, inventor también del fluido García, que impide que la gente rejuvenezca al viajar al pasado. En la novela, él y varios compañeros utilizan esta máquina para viajar en el tiempo a la rendición de Granada, la destrucción de Pompeya, el diluvio de Noé y la creación del mundo. Esta máquina del tiempo había quedado bastante olvidada para el público español hasta que apareció en El ministerio del tiempo (2015-).

Las primeras matrículas de coche

El primer coche que se matriculó en Barcelona lo hizo en 1907.

A finales del s. XIX iba quedando claro que los vehículos a motor no eran una anécdota sino el futuro, por lo que el gobierno central ordenó a los ayuntamientos que se encargasen de su registro y matriculación. José Sureda Fuentes, un maquinista retirado de la Armada, se convirtió el 31 de octubre de 1900 en el primer dueño de un coche matriculado en España… y en el mundo. Esta primera matrícula del mundo decía «PM-1», por Palma de Mallorca, y se le asoció a un cuadriciclo de la marca Clement. Los conductores de otras ciudades con más poder económico, como Madrid y Barcelona, tardaron años en matricular sus coches para evitar pagar los impuestos que correspondían a estos artículos de lujo con ruedas.

El tono de Nokia


El tono de llamada más famoso del mundo (junto con el de iPhone, por supuesto) es un fragmento de una composición para guitarra titulada Gran vals (1902), inspirada en el Grande valse (1833) de Chopin. Su autor fue Francisco Tárrega (1952-1909), nacido en Vila-real (Castellón) y posiblemente uno de los guitarristas más importantes de la historia de la música. No sólo fue un gran intérprete, sino que también fue un excelente compositor (pongamos como ejemplos Recuerdos de la Alhambra o Lágrima) y una figura clave al que la guitarra le debe la respetabilidad de instrumento para conciertos.

El teleférico


El primer teleférico del mundo se construyó en el monte Ulía de San Sebastián en 1907. Gracias a esta barquilla colgada de unos cables, la alta sociedad podía ascender 28 metros de altura cómodamente hasta un campo de tiro. Sin embargo, este invento del cántabro Leonardo Torres Quevedo (1852-1936) fue un fracaso en un primer momento. La inauguración en 1911 de un funicular para subir al Igueldo, otro monte cercano, hizo que el público perdiese interés por este teleférico, que fue desmantelado en 1912.

El siguiente intento fue, por contra, un absoluto éxito. El bautizado como Spanish Aerocar se inauguró en 1916 en las cataratas del Niágara, en Canadá. El invento no solo es una de las principales atracciones de la zona, sino que ha destacado por su absoluta seguridad durante más de cien años. Desde 1991 el nombre de su inventor figura en una placa en la entrada.

El descubrimiento del multiplete atómico


Como cada elemento químico (el hidrógeno, el oxígeno, el cloro…) tiene su propia composición atómica, cada uno tiene también un espectro atómico particular. O en otras palabras, cada uno emite una radiación electromagnética única, una «luz» que en algunos casos podemos ver con nuestros ojos y en otros no. El zaragozano Miguel Catalán (1984-1957) se convirtió en el primer químico español de fama internacional gracias a este campo de investigación.

Mientras estaba becado en el Imperial College de Londres entre 1919 y 1921, el estudio del manganeso le llevó a encontrar grupos de líneas espectrales que ningún científico había analizado hasta ese momento y a las que bautizó como «multipletes». El análisis que hizo de este tipo de líneas ayudaba a comprender la estructura electrónica de los átomos, con lo que su nombre y sus investigaciones fueron pronto citados por grandes físicos como la época como Niels Bohr y Arnold Sommerfeld. Su aportación a la física cuántica de hecho fue tan fundamental que es uno de los pocos españoles cuyo nombre se ha utilizado para bautizar cráteres en la Luna, junto con los del navarro Abraham ibn Ezra (s. XI), el onubense Abdallah al-Bakri (1014-1094) y el también maño Santiago Ramón y Cajal (1852-1934).

Móviles sin antenas


A los más jóvenes les costará creerse que los teléfonos móviles antes tenían antenas. Todo cambió en 1995 con una patente del badalonés Carles Puente para un nuevo tipo de antenas basadas en la tecnología fractal. Seguro que los primeros matemáticos que investigaron estas estructuras geométricas no se imaginaron que fuesen a tener aplicaciones más allá del arte y las matemáticas, pero gracias a su estudio no sólo se eliminaron las antenas de los teléfonos, sino que también se hizo posible enviar y transmitir datos en diferentes bandas de frecuencia, con lo que las redes de telefonía pudieron albergar a más usuarios y dar más servicio.

El bracli

Sexo en Nueva York 5×04 (2002).

El asturiano Luis Álvarez, empleado del BBVA, patentó en 1996 un nuevo tipo de ropa interior femenina basaba en el uso de perlas que favorecían la estimulación sexual. No es una prenda muy conocida porque se trata de un producto íntimo y de lujo, pero uno de estos braclis fue el elemento central de un capítulo de Sexo en Nueva York (1998-2004) en el que Samantha tiene que quitárselo para poder subir unas escaleras sin distracciones.

El matrimonio igualitario

Carlos y Emilio fueron la primera pareja gay en casarse en España en 2005.

A nivel internacional fue una sorpresa que España se convirtiese en 2005 en el tercer país del mundo en legalizar el matrimonio entre personas del mismo género. Lo digo no solo porque estamos considerados como un país profundamente católico (nunca nos quitaremos el sambenito de la «inquisición española»), sino porque la ley que sacó adelante José Luis Rodríguez Zapatero era mucho más avanzada que las de los dos países que nos habían adelantado, Holanda y Bélgica. Mientras que ellos habían creado derechos diferenciados para las parejas homosexuales, en España se hablaba de la igualdad total respecto a las parejas de distinto género.

La Iglesia Católica hizo lo posible por echar abajo esta ley, pero no contaba ni siquiera con el apoyo popular (un 62 % de la población respaldaba al gobierno en este asunto). Gracias a que su agresiva oposición no sirvió para nada, nuestro país se convirtió en un modelo a imitar para el resto del mundo.

Cine y videojuegos


A nivel internacional varios artistas españoles se han involucrado en creaciones audiovisuales muy populares. Pongamos el caso del dibujante coruñés Miguelanxo Prado, que para los dibujos animados de Men in Black (1997-2001) creó «alrededor de 1700 personajes, entre humanos y alienígenas». En el juego de móviles finlandés Angry birds (2009) la gran mayoría de diseños fueron creados o supervisados por el badalonés Miguel Francisco. El caso de Gru, mi villano favorito (2010) es muy peculiar: el concepto original de Evil me fue vendido por el madrileño Sergio Pablos (director de Klaus, 2019) a Universal, que desarrolló la película cambiando los diseños y añadiendo a los minions. Otro ejemplo interesante es Spider-Man: Un nuevo universo (2018), en la que Jesús Alonso Iglesias trabajó en el diseño de la gran mayoría de personajes.

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