‘Con «W» de Wolframio’: el fan-fiction asambleario de Mortadelo


En enero se terminó de dibujar un cómic de Mortadelo que seguramente no conoces. Pistas: no lo ha hecho Ibáñez sino uno de sus «negros», y no lo ha escrito una persona, sino medio centenar. Si lo quieres leer no vayas a una librería, descárgate el PDF.


Hacer un fanfic es tan sencillo como elegir un personaje que te gusta e inventarte una historia para él. Hacer un fanfic que le importe a más gente ya es más difícil. Durante dos años un grupo de 43 mecenas, 20 guionistas, 1 dibujante, 3 coloristas y otros ayudantes ha estado trabajando en un cómic de Mortadelo del que merece la pena hablar: Con «W» de Wolframio (aquí puedes descargar el PDF del cómic, y aquí el PDF del making of).


Su dibujo es obra de Jordi David Redó (Barcelona, 1950), uno de los dibujantes que la editorial Bruguera contrató desde 1973 para dibujar Mortadelos… de manera anónima. De su trabajo destaca La historia del dinero, aquel cómic educativo sobre economía que Bruguera y Bankunión publicaron en 1980, unos años antes de que, ironías de la vida, ambas empresas se fuesen a la quiebra. Alfredo Sánchez (Ase62), de El foro de la TIA, se puso en contacto con este dibujante jubilado desde 2013 para pedirle ayuda en la identificación de los autores de un millar de historietas cortas sin firma de Mortadelo que habían realizado él y sus compañeros durante los setenta y los ochenta. Al poco tiempo, a Jordi le hizo gracia la propuesta de realizar portadas personalizadas para los álbumes que no la habían tenido en su momento, como Simón, el «Escurridizo» (1986) o La banda de Matt U’Salen (1987).


Para Alfredo el siguiente paso era evidente: si Jordi accedía a dibujar un guion escrito por los foreros, se convertirían en los autores de un cómic protagonizado por su personaje favorito.

Z de Zorglub, V de Vendetta… y W de Wolframio

Tras recibir el «sí» de Jordi David, lo primero que hicieron estos aficionados en abril de 2014 fue debatir en una asamblea horizontal el argumento general de este cómic, que empezó como una pequeña historieta pero acabó convertida en un álbum de 44 páginas. En él, el villano Wolframio (bautizado con el elemento más español de la tabla periódica) ha robado una cantidad importante de Franquinio-97 radioactivo con la que pretende destruir el mundo. Mortadelo y Filemón por tanto tendrán que viajar a Enania, capital de los Países Bajitos, para desbaratar sus planes.


El guion aprobado por consenso pasó entonces a manos de Jordi David, que fue devolviendo al foro las viñetas a lápiz para asegurarse de que el resultado encajaba en las expectativas de sus guionistas. Como era previsible, antes de entintarlas los foreros le propusieron nuevos detalles o correcciones que por suerte el dibujante aceptaba sin poner pegas. Para compensar todo este esfuerzo y paciencia se acordó que Jordi realizase caricaturas o dibujos personalizados a cambio de 65 o 130 € (dependiendo del tamaño) para cada mecenas que se ofreciese a financiar el proyecto. En agradecimiento, Jordi les regalaba una página a lápiz y otra entintada de este cómic a cada uno.

La reacción de Ediciones B al enterarse de este proyecto ha sido la más elegante. La única condición que ha puesto es que el tebeo se realizase sin ánimo de lucro, o lo que es lo mismo, el mismo comentario que han recibido otros fan fictions conocidos como James Potter y la encrucijada de los mayores o Star Trek: Phase II.

¿Una manera alternativa de crear cómics?

Más allá de que se trate de un fanfic, no puedo evitar comparar este cómic con el currículum de El cosmonauta (2013), una película en la que 5000 fans ayudaron como mecenas y también como productores que tomaban decisiones creativas. Igual que en aquel caso, los lectores pasivos se han convertido aquí en personas implicadas en la gestación de cada página. Me extraña que todavía ninguna editorial haya pensado en desarrollar un cómic de esta manera aprovechando las posibilidades de internet, que no se haya llevado más lejos aquella votación telefónica de 1988 con la que se decidió que Robin muriese a manos del Joker.


Con «W» de Wolframio no es un cómic redondo. Sus guionistas son aficionados a los que se les nota que les falta experiencia escribiendo, pero precisamente ahí es donde reside la frescura de su trabajo. Este cómic es un delicioso fanservice en el que los lectores han incluido elementos que tal vez Ibáñez jamás habría pensado. Por ejemplo, Mortadelo utiliza disfraces nunca vistos (de los Cuatro Fantásticos a Groo pasando por Han Solo o Son Goku) y entre la lista de cameos se encuentran desde Chiquito de la Calzada hasta Tintín u Ortega y Pacheco… No son escritores profesionales, de acuerdo, pero saben que hacer un flashback de los primeros años de Mortadelo y Filemón (agencia de información) puede ser muy interesante, y que recuperar a Ocarino y Pernales, agentes especiales (los personajes que Ibáñez propuso como alternativa de Mortadelo y Filemón, con otros nombres y aspecto) es una ocurrencia que merece la pena leer.


Pero más allá de todo esto, el dibujo de Jordi David es el mejor de estos aciertos. El amor de los lectores es lo que le ha devuelto al tablero de dibujo y lo que le ha permitido firmar (esta vez con su nombre) una historieta del personaje creado por uno de los autores que más admira, Francisco Ibáñez.

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