¿Mortadelo votaría al PP?


En 2012 tuvo bastante difusión un post de Un respeto a las canas en el que se mostraba un folletito del Partido Popular de Quintanar del Rey (Cuenca) en el que se usaron imágenes de los personajes de Francisco Ibáñez sin permiso del autor. Ediciones B se expresó inmediatamente sobre este asunto para decir que el problema no eran los derechos de autor, sino la imagen que ese folleto daba de Ibáñez.


Ya es malo utilizar estos personajes sin respetar los derechos de autor, pero es ridículo hacerlo para un folleto político. Es más, en Quintanar del Rey no tuvieron mucho ojo usando a Mortadelo para publicitar a los Populares. Sólo leyendo los cómics de Ibáñez me pregunto: ¿de verdad votaría Mortadelo al PP? Veamos.

La aparición de la derecha en estos cómics no es ni ingenua ni bienintencionada sino bastante sádica. Es evidente el contraste que tienen las numerosas apariciones de Aznar con el cariño con el que trata a Felipe González (un pobre infeliz en El quinto centenario (1992) o en Maastricht… Jesús, 1993, y un simpático corrupto al que no se le puede culpar de nada en Corrupción a mogollón, 1994) o las de José Luis Rodríguez Zapatero (ligerísimas críticas y escasísimos ataques físicos, como se puede leer en este enlace). Es más, uno se coge Maastricht… Jesús y debería extrañarle un algo que el único político que no sufre golpes ni caídas a lo largo de todo un capítulo es la parodia de Julio Anguita. Eso por no hablar de la visión de la Iglesia que ha mostrado en alguna ocasión Ibáñez (como por ejemplo esto y aquello).

Seguramente la primera referencia política clara en los tebeos de Mortadelo sea la de Contra el «gang» del Chicharrón (1969), cuando al final del cómic Mortadelo responde la orden de Filemón de ir por la izquierda con un «Yo soy de derechas, pero por esta vez cedo, jefe». Era 1969, así que lo raro hubiese sido que Mortadelo dijese lo contrario.

Creo que la siguiente mención a la política en los tebeos de Mortadelo es de 1985, en El preboste de seguridad (1985). En este cómic el partido que gobierna es el SAPO (el partido «obrero») mientras que el partido de la oposición es la RANA. El disfraz de Mortadelo muestra su opinión sobre este segundo partido.


Ibáñez, que de profeta tiene un algo, vio desde el principio que José María Aznar iba a darle mucho juego. Por eso le sacó desde sus inicios en la política, cuando todavía era sólo líder de la oposición, en Barcelona 92 (1991), todo un capítulo completo lleno de violencia física.


El triunfalismo de Aznar fue caricaturizado pocos años después en Las vacas chaladas (1997), con un final contundente.


Aznar protagonizó otro capítulo de dolor en El ordenador… ¡qué horror! (2001), donde incluso llevó puesto un casco de Káiser y admitía que le quedaba muy propio.


Las burlas más descaradas llegaron con la parodia del trazado del AVE en El UVA (2003): corruptelas, electoralismos, ansia de protagonismo, desprecio por la gente…



Al final del cómic, Mortadelo y Filemón metían la pata y se llevaban por delante a la plana mayor del gobierno con el tren que iban a inaugurar. Los tiempos del Súper con el brazo en alto parece que ya habían pasado porque estuvo pensando premiarles de algún modo.



En El Señor de los Ladrillos (2005), la única viñeta que hace referencia a esta saga literaria es precisamente la misma que en la que sale Aznar en su papel de hobbit beligerante. De nuevo ya no se trata sólo de mostrarle recibiendo trompazos, sino de criticar su ideario político.


Y como ridiculizar sólo a Aznar sabe a poco, en Mortadelo de la Mancha (2005) un Mortadelo poseído por el espíritu de Cervantes se encargó también de Francisco Álvarez-Cascos, Mariano Rajoy y el resto.



Por último, me imagino que Ibáñez, para resarcirse de la visión franquista que Javier Fesser tenía de Rompetechos, se tomó muy en serio distanciar a este personaje de Aznar en sus historietas actuales. Tres pequeños ejemplos en los que le llama Drácula, avinagrado e incluso le abreun segundo ombligo.



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