‘Batman’ (1966-1968): los cómics y los imitadores (3 de 4)


Los cómics

A partir del Batman #164 (1964), DC Comics decidió cambiar completamente las historias del caballero oscuro porque ya llevaban años siendo un poco extravagantes. Julius Schwartz como editor prohibió tanto utilizar la ridícula/entrañable bat-familia (formada por Batwoman, su sobrina Bat-girl, Bat-Mito y Ace el Bat-sabueso) como también regresar a las historias fantacientíficas de extraterrestres, las transformaciones de Batman en bebé, cebra, etc., la amenaza de monstruos gigantes… El dibujante Carmine Infantino se encargó de rediseñar a Batman actualizando su estética a los nuevos tiempos con elementos como el símbolo amarillo del pecho, las cejas, etcétera. Se trataba de conseguir cierta trascendencia y seriedad con este detective enmascarado, ponerlo a la altura de los últimos éxitos de la editorial, es decir, los renacidos Flash, Green Lantern, Atom o la Liga de la Justicia.


Es irónico que el éxito de la serie de televisión obligase a la editorial a recuperar en cierta manera el tono paródico de los años anteriores.

Si somos sinceros, lo cierto es que la serie revelaba todos los puntos débiles en los que se sustentaban los comic books mensuales de superhéroes: personalidades poco desarrolladas, ingenuidad, la violencia como la solución de los conflictos, situaciones ridículas que se aceptaban sin más… Mientras que Richard Donner y Mario Puzo disimularon y corrigieron esas inconsistencias para conseguir un tono épico e imponente en Superman (1978), Dozier y Semple prefirieron exagerarlas para conseguir una comedia irrepetible.

Batman prefiere ver su serie que luchar contra el crimen.

A pesar del humor, la serie tenía esencialmente los mismos atractivos que las historietas: los villanos estrambóticos, los planes malignos, los misterios, la aventura, los colores chillones… Aunque no sea la adaptación ideal para los espectadores actuales, esta serie permitió a los fans de los 60 disfrutar de su personaje favorito trasladado a la televisión y al cine en color por primera vez en la historia.

Igual que hoy día con las adaptaciones al cine actuales, esta adaptación marcó el tono de los cómics de Batman durante un tiempo para contentar al público que llegaba desde las pantallas de tubos catódicos. Las historias dieron más importancia a los villanos que los espectadores veían en la serie y en los comic books de grupos (es decir, en la Liga de la Justicia) la figura de Batman destacaba sobre el resto en las portadas.


Pocos años antes de la serie, el mayordomo Alfred había muerto en los cómics para ser sustituido por la tía de Robin, tía Harriet, un personaje creado por Bill Finger y Sheldon Moldoff con el único objetivo de desarmar los comentarios de que Bruce, Dick y Alfred eran un trío de homosexuales que pervertían a los lectores. Dozier y Semple decidieron utilizar tanto a tía Harriet como a Alfred en la serie, con lo que Schwartz se vio obligado a resucitar al mayordomo con un cambio importante. Si en los cómics Alfred había sido un secundario gracioso e infantil, en la televisión se le veía como un personaje elegante y flemático, que sería la versión que se ha adoptado en los tebeos hasta nuestros días.

La resurrección del mayordomo Alfred, el monstruo blanco escamoso.

Otro de los personajes influenciados por la serie fue la nueva Batgirl, que apareció en la tercera temporada. En la búsqueda de crear interés entre los televidentes, Dozier preguntó a Carmine Infantino por los personajes femeninos que había entre los secundarios de Batman. Al no encontrar muchos que le convenciesen (únicamente le gustó Hiedra Venenosa, aunque no salió en la serie), Infantino le propuso crear una nueva Batgirl, sobrina del comisario Gordon, que no tuviese nada que ver con la Bat-Girl de la década anterior.


Adam West e Yvonne Graig leen la primera aparición del personaje que ella interpreta.

«¡Batgirl, ayúdanos, tenemos un problema!». «Yo tengo uno peor… ¡un siete en mis mallas!».

La antigua Bat-Girl.

¿Qué ocurría mientras tanto en el resto del mundillo del cómic? En Marvel Comics, Galactus amenazaba con desayunarse la Tierra, Stan Lee se dedicaba a deshacer la caracterización de Steve Ditko en Spiderman y un tal Steranko comenzaba a entintar las páginas de Nick Furia dibujadas por Jack Kirby. En otra parte, Astérix hacía turismo por Gran Bretaña, Tintín se subía despreocupadamente al avión del señor Carreidas y todavía quedaban bastantes años para que los agentes de la TIA se infiltrasen en Tirania.


Justo con el final de la serie de televisión los cómics de Batman adquirieron un estilo completamente opuesto. La batfamilia se rompió definitivamente cuando Robin fue enviado a la universidad. Al mismo tiempo, Bruce dejaba la Mansión Wayne para vivir en un apartamento en la azotea del edificio de la Fundación Wayne. Las historias se volvieron más oscuras y pocos guionistas querrían a partir de ese momento recuperar el espíritu de esta época. Empezaba la breve etapa de Denny O’Neil y Neal Adams entre 1969 y 1972.




Los imitadores

El éxito de Batman animó a la ABC y a William Dozier a repetir la fórmula con otro personaje similar. Se hicieron cortos de prueba con Wonder Woman y Dick Tracy, pero el elegido finalmente fue un contemporáneo de Batman con un universo muy parecido: el Avispón Verde. De nuevo, un millonario sin poderes, Britt Reid, que luchaba contra el crimen ayudado de un sidekick y mayordomo oriental, Kato. Bruce Lee fue primera la elección para el papel de ayudante (su primer papel en la televisión), mientras que Van Williams se encargó, reticente, del papel principal.

El piloto de Wonder Woman, con tono de comedia.

El Avispón y Kato.


La serie se estrenó el 9 de septiembre de 1966 y se emitía los viernes a las 19:30. Al contrario que en Batman, se decidió usar un tono serio que imitaba los programas de radio originales, sin villanos coloristas ni estrellas invitadas. Se organizaron pequeños cameos entre ellas (en una de las dos series aparecía una televisión emitiendo un capítulo de la otra y viceversa, además de la inevitable aparición mientras Batman y Robin trepan una pared) hasta que por fin tuvo lugar el esperado crossover durante la segunda temporada de Batman, en 1967.


En el capítulo de crossover, el guion especificaba que  Robin derrotaba en una pelea a Kato. Bruce Lee se enfadó y se lo tomó como algo muy personal («Nadie puede vencerme»), por lo que finalmente la pelea entre los dos personajes no llegó a producirse.

El cruce entre las dos series tenía el objetivo de atraer al público hacia las aventuras de Britt Reid y Kato, pero desgraciadamente el Avispón Verde no consiguió tanto éxito como Batman y su serie fue cancelada al cabo de una temporada.

Por otra parte, otras cadenas intentaron sin éxito crear a sus propios superhéroes camp: CBS presentó a Mr. Terrific (Stanley Beamish, que conseguía poderes durante una hora gracias a una pastilla especial), mientras que NBC hizo lo mismo con Captain Nice (Carter Nash, un policía químico que fabricó un suero con el que conseguía las mismas habilidades). Sus series se estrenaron y cancelaron en 1967.

Mr. Terrific.


Póster promocional dibujado y coloreado por Jack Kirby, con tintas de Chic Stone.

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